Quién nos iba a decir hace unos años que una posible alternativa a la solución del problema de las más de 300.000 toneladas de neumáticos que se desechan anualmente en España iban a ser, en su diseño de mobiliario urbano sostenible, los bolardos. Esos mismos bolardos que tantos comentarios negativos han suscitado en los conductores de los vehículos cuyos neumáticos van a ser materia prima de muchos más bolardos.
La realidad supera siempre a la ficción...
Bolardos
En su versión tradicional, son postes de pequeña altura que se fijan al suelo para imposibilitar el tránsito o el aparcamiento de vehículos.
Los modelos más antiguos se hacían de hierro fundido pero se fueron sustituyendo por los de aluminio fundido por su mayor durabilidad y resistencia a la corrosión.
Del anclaje al suelo tradicional de este elemento se ha pasado al empotramiento en el hormigón, al modelo desmontable en forma manual y hacia las versiones más recientes que se retraen hacia el suelo a distancia.
Funciones y riesgos
Las hileras de bolardos sirven, principalmente, para disuadir a los coches de que aparquen en las aceras o evitar que invadan las zonas exclusivas del paso de peatones.
Frente a las ventajas de su utilización, peatones y automovilistas esgrimen una serie de quejas:
- La rigidez del bolardo provoca daños exagerados en el vehículo que tiene la desgracia de golpearlo.
- Aumenta la gravedad de una caída de motorista o ciclista.
- Dificulta sensiblemente el acceso de las personas con movilidad reducida.
Bolardos como mobiliario urbano sostenible
Para conjugar la innegable utilidad del bolardo con la concepción de mobiliario urbano sostenible y reduciendo, al mismo tiempo, algunos de sus principales inconvenientes, la tecnología ya nos ha ofrecido algunas soluciones:
- Fabricación de bolardos con caucho reciclado proveniente de neumáticos fuera de uso (NFU), con todas las ventajas medioambientales inherentes a este proceso. Se ha evaluado, además, que este material es mucho más flexible y cuatro veces más seguro en caso de accidente que el bolardo metálico tradicional. Y que produce una menor fricción en vehículos minimizando su rayado.
- Diseño de sistemas de bolardos retráctiles o que se esconden en el suelo de forma manual o a distancia, aceptando el tránsito según las condiciones específicas del momento o vehículo.
Fruto del mismo son sus bolardos, muchos de los cuales están fabricados con caucho reciclado NFU.
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