En las nuevas "ciudades inteligentes" nos seguiremos encontrando con viejas cuestiones. Por mucho que se innove en materia de mobiliario urbano sostenible, los problemas derivados de la tenencia de mascotas domésticas seguirán persistiendo en los entornos urbanos de mañana y de pasado mañana mientras no consigamos entender que, cuando una persona saca a la calle a pasear a su perro, quien tiene que reponsabilizarse de los residuos es el más inteligente de los dos, que no debiera ser el can.
Mientras tanto, la tecnología deberá seguir ayudando.
Mientras tanto, la tecnología deberá seguir ayudando.
El problema de los residuos caninos
Cualquier ciudadano, en general, y el dueño de un perro, en particular, no es plenamente consciente de la peligrosidad potencial de los excrementos caninos en las calles. La falta de tratamiento especial de los mismos acarrea, mucho más allá de la cuestión estética, problemas relacionados con la salud.
A través de las heces caninas, pueden desarrollarse y propagarse en las calles multitud de bacterias capaces de infectar enfermedades graves a los mismos perros y personas, especialmente para los más pequeños que en sus juegos entran fácilmente en contacto con los pavimentos de calles, plazas y parques infantiles.
El contenedor de excrementos caninos y otras soluciones
Las soluciones que, hoy por hoy, han arbitrado las autoridades municipales en relación con la cuestión pasan, principalmente, por dos sistemas:
- Dispensadores y contenedores recolectores de excrementos caninos: Entrega gratuita de bolsas especiales destinadas a facilitar la recogida de heces por parte de los dueños para que las eliminen en el contenedor apropiado.
- Delimitación de evacuatorios caninos, recintos especiales vallados con una puerta de acceso, en los que los perros pueden efectuar sus deposiciones y cuya arena es limpiada, desinfectada y cambiada por los servicios municipales de limpieza.
A estas medidas se suma la normativa específica, con prohibiciones y sanciones incluidas, desarrollada sobre este apartado en cada municipio.
El contenedor de excrementos caninos inteligente.
Se están ensayando ya en algunas ciudades determinados proyectos pilotos de mobiliario urbano sostenible consistentes en la instalación de una red de papeleras inteligentes para la recogida de excrementos caninos.
Esta herramienta, diseñada para la gestión eficiente de residuos, funciona mediante la acción de un dispensador de bolsas para la recogida de excrementos caninos, una identificación de usuarios a través de una tarjeta electrónica, una apertura automática tras su identificación, el cierre automático tras el depósito del excremento y el envío de datos a la plataforma de gestión.
Por supuesto, e insistiendo en el motivo de arranque de este post, que ningún medio puesto a disposición del ciudadano, por muy sofisticado que sea, resultará plenamente efectivo sin el civismo individual y el compromiso de cada uno de los ciudadanos poseedores de perros.
En Forjas Estilo Español, sin olvidar la respuesta que ofrecemos dentro del mobiliario urbano sostenible con el contenedor de excrementos caninos, hacemos nuestro este deseo de que los ciudadanos de hoy y de mañana, sean, a la par de inteligentes, responsables.